jueves, 27 de octubre de 2011

Lectura en voz alta, y #Quimera2011, y Ciudad atípica

Hace un par de semanas recibí la invitación de la Escuela de Escritores Juana de Asbaje a presentar la antología, aún inédita, Ciudad atípica. El libro será publicado por, al menos y hasta donde sé, el gobierno de Metepec. Son cuentos que hablan sobre la ciudad típica de Metepec, escritos por egresados de la escuela, y la lectura de obra se dio en medio del marco del Festival #Quimera2011.


@taniahernandeza, orgullosa y gran mujer, como suele serlo, no se cansó de repetir en sus redes sociales que el título de la antología surge desde el título de mi cuento. Texto que, acorde con esta nueva ideología, ni tardo ni perezoso publiqué en la red antes que en el papel y puede leerse acá.
Lo mejor de estas lecturas comunitarias se repitió: reunión de algunos viejos amigos y afianzamiento de incipientes amistades. Amén de escuchar las letras de otros buenos, regulares o incluso malos escribas.
Lo peor también se repitió: felicitaciones que iban y venían de una boca a otra. Que, por cierto, me ponen algo incómodo.
Si bien entiendo que existan personas que se alegran por tus letras o incluso que puedo alegrarme por las letras de otros, solo concibo mi escritura para escribir. El resto, avance o retroceso de mi calidad, publicación o no de mis palabras, es algo aparte y no siempre significan un triunfo.
Es verdad que me han dolido rechazos editoriales, pero una vez termina el trago amargo todo vuelve a estar como antes. Y, la verdad sea dicha, es que lo publicado por mí nunca me ha hecho un mejor hombre y mucho menos un mejor escritor. Tengo un libro en espera de ser publicado (el nombrado #libroinexistente) y, aunque hubo reclamo en su momento, éste tuvo que ver con la ausencia de noticias más que con la ausencia del libro.
En fin.
(en la Galería de Arte María Clavel, Metepec, durante la presentación de Ciudad atípica . Foto de @taniahernandeza)




Mis refunfuñeos habituales (ah, qué cosa más aburrida es una presentación de libro, ¡para qué demonios me felicitan si todavía no estoy ni cerca del escritor que deseo ser!, presentar un libro debiera servir para promover la lectura en este país, no para reunir a un montón de egos [incluido el mío], y otras parecidas) me  llevaron a una confrontación con @taniahernandeza. ¿Para qué, me preguntó, me siento orgullosa de ti? ¿Para qué, continuó, te hago promoción? ¿Para qué, remató, me siento contenta cuando lees o incluso cuando leo mi propia obra?
Es difícil responder a esto. Sobretodo cuando he visto que @taniahernandeza ama leer en voz alta. El sonido de las palabras debiera ser aliciente suficiente para hacerlo más seguido, y en público, y sin público, y para los amigos y para un montón de desconocidos. El brillo de sus ojos cuando lee, cuando la invitan (incluso cuando me invitan a mi), cuando me lee un cuento o una crónica que está en proceso no tiene desperdicio.
Lo que quisiera es sentirme igual cuando leo en voz alta o cuando me invitan.
Tal vez, y en mi descargo, puedo decir que conozco mi autoestima y sé que una cosa tan pequeña, mal entendida de mi parte, puede convertirme en un peor ser humano. Un cretino mamón imbécil que no es capaz de dimensionar de manera correcta. Que no ha visto que una lectura pública en una galería de arte de una ciudad atípica es simplemente un regodeo por la palabra propia y ajena. Y nada más.
Las cosas que tengo que aprender, caray.
Os quiero.
Á

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Recuerda a grandes escritores que muy pocas veces leyeron su obra y a otros que, por pasársela leyendo, jamás escribieron más.
Abrazos y felicidades.

Unknown dijo...

Y están los que escribieron que escribían, y los que no tenemos el adjetivo de "grandes".
Gracias por pasar por acá y comentar. Abrazo de letras.