sábado, 26 de marzo de 2011

Al final, escribes Fade out y eso es el fin, lo has hecho.

En advancetowrites.com, una divertida página que día con día coloca una cita textual a propósito de la creación literaria, ha aparecido ésta, sacada de la película Get Shorty:


There's nothin' to know. You have an idea, you write down what you wanna say. Then you get somebody to add in the commas and shit where they belong, if you aren't positive yourself. Maybe fix up the spelling where you have some tricky words... although I've seen scripts where I know words weren't spelled right and there was hardly any commas in it at all. So I don't think it's too important. Anyway, you come to the last page you write in 'Fade out' and that's the end, you're done.
“Bo Catlett” in Get Shorty, screenplay by Scott Frank, from the novel by Elmore Leonard


Okey, estoy de acuerdo. En la práctica es real. Cantidades de libros se han publicado sin que el autor muestre la menor consideración hacia las comas, los acentos, y esas nimiedades. Okey, estoy de acuerdo, en la práctica es real. Cantidades de libros se han publicado sin que el editor pida a un corrector de estilo que cambie las nimiedades, sin que el editor pida al diseñador que busque la tipografía correcta, que no deje ríos o viudas y esas cosas que sólo a los exquisitos importan.
Y no sólo estoy de acuerdo con que eso sucede, aunque nos duela, sino que estoy de acuerdo en que un practicante de las letras, novato o no, escriba bajo ese parámetro. Lo he dicho una y otra vez en los talleres que imparto.  
Escribe sin fijarte en redundancias, obviedades, cacofonías, errores gramaticales o de dedo. No pienses, no lo cuestiones, olvídate del resto del mundo: escribe solo.
La bronca que tengo con la cita previa es que después del proceso de escritura debe venir una y cien veces el proceso de corrección. Y este sí, de verdad, debiera ser cerebral. Pon la coma en el lugar correcto, borra la oración que redunda.
Lo peor es cuando los editores (los que se autoeditan, los que editan desde alguna institución pública o privada, los que deben editar en chinga porque hay que sacar el siguiente best seller) se toman en serio citas como la de la película. 
No lo digo yo, pero lo creo: si nuestra herramienta es la palabra, ¿por qué no la cuidamos?

viernes, 11 de marzo de 2011

Hasta los gringos saben que vender libros en español a gente que habla en español es negocio

En Actualidad Editorial publicaron recientemente un video (y su traducción al español), donde una encargada de la división de títulos digitales en español de una empresa gringa (y ella dice ser la única so far) habla sobre por qué se pusieron a vender estos dichos títulos en español en los United.

Aunque recomiendo el post, puedo decir que entendí que Patricia Arancibia (@queridapatricia), quien aparece en el video, dijo que venden libros digitales en español en gringolandia porque:

  • Hay bastante gente que habla español (igual que en México),
  • de entre la gente que habla español, hay bastantes que tienen computadora de algún tipo (igual que en México),
  • que la venta de tablets va en aumento entre los hispanohablantes (igual que...),
  • de entre los hablantes en español que tienen computadora, hay bastantes que tienen acceso a Internet (igual que...).

Este asunto del igual que lo pongo nomás porque pienso en las editoriales pequeñas que aún no creen que esta sea una posibilidad de hacer negocio. Total, digo yo,. si ya decimos que hay pocos lectores, lo mejor sería tratar de abarcar a la mayoría de los lectores posibles, ¿no?

miércoles, 9 de marzo de 2011

Cruda

Y pues ya.
Los dos o tres o cuatro meses en que concluí un libro de cuentos mutantes y una novela juvenil han finalizado con la presentación de Lerdo en FILMinería y el envío de la mentada novela a un concurso nacional. Casi al mismo tiempo, mi jefe laboral y amigo, RFI, y mi abuela materna estuvieron en hospitales por problemas derivados de los desgastes naturales del cuerpo. En ambos casos hubo momentos en que las noticias no fueron alentadoras, y acaso todavía hay reservas en cuanto a sus estados de salud.
Como es lógico en la ilógica vida, ambas situaciones, el levantón y el bajón emocionales, concluyeron casi al mismo tiempo, apenas con días de diferencia, y el resultado es una cruda que no deseo describir.



Cuando por fin @taniahernandeza y yo nos echamos unos tacos al pastor y una siesta, tuvimos que levantarnos de volada para ir al consultorio más cercano para que dijeran un diagnóstico divertido por ambiguo: tenemos o colitis infecciosa o salmonelosis.
En cualquier caso, nos ha tirado a la cama por lo menos un día, nos ha puesto a comer pollo cocido y pastillas, que al parecer deben suplir buena parte de la alimentación.
La buena noticia es que estoy de vuelta.